sábado, 21 de junio de 2014

Sobre la importancia de la camiseta

En estos días en que el mundial de fútbol está al tope de las noticias y es tema de conversación aún entre los no futboleros, solemos darnos cuenta del valor de los buenos equipos. No sólo de las figuras o estrellas con que se cuente, o de los buenos entrenadores. Y de cómo en equipo se logran victorias, que individualmente no es tan fácil o posible lograr.

Trasladando esto a los equipos de trabajo, es claro que si cada integrante “corre” hacia distinto lugar sin un objetivo común, lo que se logre será sumamente pobre.

Y esto es lamentablemente así y puede tener resultados a veces catastróficos, en los proyectos relacionados con TI, y en particular con la construcción de software. Seguramente cada uno lo habrá podido apreciar en diferentes contextos, proyectos, posiciones dentro de los equipos, posiciones dentro de las organizaciones para las que se llevan a cabo.

Si bien no siempre se requiere un equipo compacto y súper motivado, ya que hay tareas para las cuales se requiere un grupo de trabajo, por ejemplo en mantenimientos repetitivos y otras tareas más rutinarias (que no implica que sean sencillas), en un proyecto no ocurre lo mismo.


Cuando se lo requiere, hay varios aspectos de la gestión de proyectos relacionados con la gestión del equipo de proyecto, como por ejemplo:
  •          Roles necesarios
  •          Momentos en que debe involucrarse cada rol
  •          Capacitaciones / habilidades requeridas
  •          Mecanismos de incorporación y desafectación / proveedores
  •          Dependencias
  •          Responsabilidad / autoridad
  •          Motivación
  •          Incompatibilidades
  •         Localización
  •          Restricciones
  •          Aspectos culturales y de idioma
  •          

Habitualmente nos preocupa tener a la gente adecuada y capacitada, y disponible cuando se la requiere en las diversas actividades.

Lo que no siempre miramos con igual cuidado, es lo relativo a aspectos motivacionales, buena relación y sinergia entre los miembros de todo el equipo, voluntad de cada persona para colaborar con otros y compartir sus conocimientos, ganas de “poner garra” para triunfar y llegar entre todos a lograr los objetivos del proyecto. Gente que esté “orgullosa de la camiseta”.

Pero cuidado, una gran mayoría de esos aspectos, no dependen sólo de cada persona, dependen de cómo gestionamos el equipo como responsables de hacerlo, de cómo escuchamos a la gente, atendemos sus dudas y problemas, colaboramos también al logro de sus expectativas personales, y al logro de un buen clima en el proyecto. También depende del contexto organizativo donde se desarrolla el proyecto y la cultura de cada organización participante.

Claramente, muchos podrán aducir que la mayoría de esos aspectos son muy difíciles o imposibles de manejar cuando los proyectos que actualmente se contratan se basan en menores costos, tercerización, distribución de pequeños paquetes de trabajo, desconociéndose el “todo” de los proyectos, etc.

Pero creo que cualquiera sea la forma de la contratación, es fundamental la formación del equipo, y lograr que se trabaje de la forma más satisfactoria para todos, cliente, proveedor, personas.
Y por favor, dejemos de llamar a nuestra gente recursos. Es el primer obstáculo que ponemos en el camino a construir un buen equipo de trabajo.

Hasta la próxima
Pilar


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